Un descubrimiento feo
Marina estaba cansada de jugar esa tarde 2 de diciembre del 2011 porque tenía mucho calor. Se fue a la pieza de Tomas su hermanito adoptivo pero Tomas no se encontraba allí así que se fue a buscar a su mamá a la cocina pero solo estaba la tía Suci como vio que no la había notado porque estaba concentrada en la tarea a realizar prefirió ir a buscarla en el baño, en él tampoco estaba. Preocupada ya la chiquita por el paradero de su madre fue al despacho del padrastro y adivinen allí tampoco estaba. La preocupación pasó a estar acompañada por la curiosidad, solo una vez había entrado en aquel lugar Mari así que decidió recorrer no solo con la mirada sino con algo más con las manos empezó a tantear el lugar los libros del escritorio, los adornos de la biblioteca a los que llegaba y hasta se sentó en el silloncito verde que daba a la ventana vio que su hermano jugaba y al creer que este la había descubierto observarlo pego un salto del asiento. Vuelta en pie observo la habitación en busca de algo que no haya visto antes pero no vio nada nuevo. Se estaba por ir pero vio una sombra reflejada en la cortina blanco quizás haya sido su hermano, su tía o su madre no recalco en eso no le importaba quien sea no quería ser descubierta por nadie por lo que se escondió debajo del escritorio. Alguien entro pero solo fue durante dos minutos, minutos que fueron muy largos para la ansiosa Mari, probablemente para buscar algo e irse. No, no era a ella a quien buscaba esta persona sino un objeto, objeto que encontró la niña cuando habiéndose ido la persona en cuestión se dio un golpe en la cabeza contra el mueble en que estaba escondida se trataba de un collar con una hermosa flor en el dije que llamaba poderosamente la atención. Asustada y a la vez entusiasmada con el hacho que la descubra alguien la pequeña se quedó detrás de la puerta con el collar en la mano esperando si escuchaba a alguien cerca. Habiéndose asegurado de que no había monos en la costa salió del despacho rumbo a la habitación a guardar su tesoro lo hiso en una cajita musical que no era un increíble lugar para guardarlo pero como estaba segura que no la había descubierto nadie lo dejo allí igual y se fue a buscar a su hermano al patio para jugar. Al segundo día también descubrió algo aunque no fue en el mismo lugar esta vez fue durante la visita de la prima Nina a la casa. Nina rara vez iba a jugar a la casa de su prima Marina y de Tomas por lo que estuvo toda la tarde allí jugaron a muchísimas cosas merendaron juntos descubrieron un tesoro y desenterraron un dinosaurio de juguete del jardín que sospechosamente tía Suci dijo no encontrar en el baúl de juguetes agregando que en el patio había escuchado ruidos de dinosaurios. En un momento las primas quedan solas y Mari le cuenta del collar que había encontrado el día anterior. Entonces Nina le muestra un llavero con un pequeño saxo sin llave que encontró entre las toallas del baño. El último objeto lo encontró durante la noche de ese mismo día después de comer e irse a la cama. Desde el día anterior que no hablaba con la madre salvo un llamado durante esa tarde para decirle que estaba en la casa de la tía Marta -la madre de Nina- para ayudarla con la mudanza pero cuando Mari vio la cara de amargura del padre o al menos creyó que se trataba de eso. No se animó a quejarse con su padrastro de extrañar a mamá por esa expresión que reflejaba su rostro así que se fue al baño a cepillarse los dientes y destrenzarse las trenzas. Se asustó frente a la imagen de un oso de felpa rosa con un moño rojo que asomaba detrás del inodoro. Se hiso con él y después fijándose si no había nadie entre el baño y su habitación salió con el oso a su pieza. Mari cerró la puerta y miro en rededor buscando donde poder esconderlo no quería tener que prestarlo con Tomas porque aunque ella sea la mayor siempre le sacaba o terminaba rompiendo sus juguetes –nunca hubiera imaginado lo crucial que seria esa decisión en el futuro cercano- lo guardo en una caja de zapatos de debajo de la cama que no tenía zapato alguno dentro y se fue a dormir luego de haber decidido que por la mañana se pondría para ir a la escuela el collar que había encontrado sin que nadie de la casa se dé cuenta principalmente Tomas así que a la mañana siguiente antes de subir al coche de papá se fue a buscar en la cajita de música la cadenita pero no estaba allí primero pensó en Nina pero no creía que su prima se la haya robado realmente así que decidió buscarla más tarde al llegar a casa después de clases.
Cuando se subió al coche con su hermano converso con el padre que estaba esperándolos en el asiento del conductor.
-¿Mamá no vino, todavía? –dijo Marina.
-No todavía esta con la tía –dijo el padre.
La conversación continúo con lo que harían en la clase.
-¿No tienes la camisa puesta? ¿No vas a ir a trabajar? –dijo la niña observando la vestimenta del padre.
-No me siento mal hoy así que cuando lleguen voy a estar en casa sino quien cuidaría de ustedes con su madre en lo de su tía además.
La conversación se dio por terminada cuando llegaron al colegio en el caso de Mari y al jardín en el caso de Tomas.
Cuando llego a dentro se puso su collar que fue alagado por sus compañeras, aunque no todas ellas, durante todo el día de clases.
Ese día fue buscada por su tía Marta que quería hablar con ella y tuvieron la siguiente conversación:
-Hola Mari –con un abrazo- dijo la mujer.
-Hola tía.
-¿Cómo estás?
-Bien –con una sonrisa- ¿Viste mi collar tía? ¿No es lindo?
La cara de la mujer se desfiguro no podía creer que tuviera el collar de su hermana que era algo que no se usaba por ser un regalo de la madre de ambas y parte de la herencia que esta les había dejado.
-¿Estas bien... tía?
-Si... es muy bonito.
-¿Dónde lo encontraste?
-Es un secreto.
-¿No podrías decirle a tu tía?
-¿Me prometes que no se lo vas a decir a nadie?
-Te lo prometo.
-En el despacho de papá pero no digas nada.
-No diré nada ¿Hace cuánto que no ves a tu mamá?
-Desde antes de ayer ¿no está con vos?
-Sí. Me tengo que ir no le digas a tu papá que estuve hoy acá sino se va enojar porque te hice perder tiempo de clases. Solo quería saber cómo estabas.
-Chau –dio un beso rápido a Marta- es el recreo.
Después de haberse ido la nena Marta decidió ir a la casa de Pablo el padre de su sobrina para ver que estaba sucediendo con el fin de descubrir que andaba pasando en esa casa y principalmente con su hermana.
Esa tarde fue Marta a ver a su hermana haciéndose la que no sabía nada de lo que le había dicho su sobrinita. Saludo a su cuñado a su sobrina nuevamente y a su sobrinito y pregunto entre tantas cosas por el paradero de su hermana a Pablo. Este le dijo que no se preocupe que fue a sacar un turno al médico para él y en favor a eso él se quedó con los niños. Cuando fue a visitar a su Mari por su cuarto la sorprendió jugando con un peluche de felpa rosa con un moño rojo se dio cuenta después de un rato de observarlo de que se trataba del oso con el que jugaban su hermana y ella cuando eran pequeñas -aunque cada una tenía el propio-.
Se fue preocupada aunque intento que no se le notara, algo raro estaba sucediendo en ese lugar y lo descubriría. Pero descubrió que no lo haría sola sino con la ayuda de su marido Oscar que decidió ayudarla a encontrar donde está su hermana. Ese mismo día vio que el llavero que tenía su hija es de su hermana le pregunto dónde lo había encontrado y esta le conto que fue en el baño de la prima. Esa misma noche llamaron a un abogado para consultarle sobre el asunto. Este les explico que se podría tratar únicamente de coincidencias y descuidos que deberían buscar pruebas y que intenten llamarla al celular más veces de lo que ya lo habían hecho y que no perdían nada llamando a la policía.
Así que al otro día de saber que no se la encontraba en ningún lado comenzaron a buscarla por los conocidos de la manera más sutil que podían, hasta convencer a un vecino de preguntar por ella en la casa con alguna escusa convincente. Al otro día de esto decidieron llamar a la policía ya que no se hicieron con ella. Mientras tanto eso dos días que le siguieron Mari y Tomas vieron a su madre en la casa aunque la notaron triste Pablo acotaba que se sentía mal aunque su madre no decía nada al respecto.
Cuando la policía llego a la casa Pablo les dijo cuándo preguntaron por todos los miembros de la casa que Abela estaba haciendo las compras y que no estaba en casa a lo que ellos dijeron que esperarían en la casa hasta que ella llegara. Pasaron dos horas sin la aparición de la mujer y para que ellos progresaran a registrar la casa.
Revisaron toda la casa se estaban por ir cuando oyeron ruidos en un armario como de que algo se caía y al abrirlo después de insistentes pedidos de parte de la policía a Pablo vieron que había una mujer con las manos y piernas atadas y sobre la boca una corbata que no le daba opción hablar.
Se llevaron a los adultos a la comisaria para que ambos den su versión sobre el asunto.
Días después de reflexionar sobre ambas versiones se llegó a la conclusión que la correcta era la que la mujer había dado que es la siguiente:
Los niños estaban en el colegio y ambos estábamos haciendo las cuentas para ver los gastos del mes. Entramos en discusión porque no podíamos pagar todo, bueno la gran mayoría el me recalco el hecho de que me hallan despedido y yo le recalque las cosas que había comprado sin consultarme y totalmente a mi punto de vista innecesarias. Durante ese día no volvimos a discutir del tema y los dos permanecimos de mal humor por el asunto hasta esa noche porque al día siguiente se levantó contento y diciendo que había encontrado una solución me dijo que me quedara tranquila que estaba todo resuelto. Al otro día lo descubrí con mi baúl personal, lo tenía abierto y en él no solo estaban mis herencias de parte de mi madre sino también una que compartía con mi hermana el collar. Las joyas de mayor valor que había allí son las que menos aprecio les tengo pero aun haci me dio bronca porque eran cosas de mi madre y las quería vender sin mi consentimiento; mientras tanto mis niños se habían ido a la escuela. Nuevamente comenzamos a discutir hasta que finalmente me encerró en el armario de nuestra habitación de la manera en la que me encontraron, me daba de comer, pero también me daba mucho miedo y me dejaba salir para hablarles un rato a mis hijos pero esos ratitos eran cortitos y después le seguían horas de soledad en ese armario durante dos horas al día una por la mañana y otra por la noche me preguntaba si había reflexionado mejor y cuando le decía que no me volvía a cerrar la puerta del armario con llave.
A Pablo le dieron un tiempo en prisión y la custodia después de largo tiempo quedo para la madre.
fin
¿Te gusto, ponle nombre a la madre?
Florencia Romano
Este relato es mío espero que te haya gustado.
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